BASES DE LA CRIANZA

         

En el año 2011  tuve mi primera camada: doce cachorritos, seis hembras y seis machos. Poco a poco y trabajando duro voy adentrándome en este complejo y apasionante mundo, que es la crianza de perros. La parte más dura y emocional para mí, es encontrar la familia adecuada para mis pequeños. Desde aquí agradezco a todas sus nuevas familias, su dedicación y amor hacia ellos. Como les digo a todos, se llevan un pedacito de mi corazón...

La mundo de la crianza de perros ha sido una pasión para mucha gente durante siglos. Requiere una parte de arte, otra de ciencia y pero sobre todo una atención y dedicación total. La cría es a la vez una aventura de emociones y desafíos. Permite no sólo transmitir los estándares de belleza de cada raza, sino además que consigamos ejemplares con un mejor equilibrio y salud.

Son muchos los aspectos que se tienen en cuenta a la hora de convertirse en criador. Por supuesto, el primero es encontrar una raza que nos transmita algo especial: trabajo, belleza, carácter, sensaciones que sólo se pueden encontrar desde la pasión. Pero también es necesario un estudio de los estándares de la raza, además de dedicar tiempo a aprender cosas sobre la salud canina y la formación, y sobre las normas de la Real Sociedad Canina o la Federation Cynologique International.

La cría de perros de pura raza es una tarea lenta, costosa y, a veces incluso, dolorosa. Para los que estamos embarcados en este proyecto, nuestro objetivo fundamental debe ser la mejora de la raza a la que nos entregamos y una búsqueda de los caracteres que la hacen especial.

Seamos honestos. Para todos los propietarios, su perro es el mejor del mundo. Sin embargo, un criador responsable debe ser consciente de esto y evitar caer en la autocomplacencia. Es necesario evaluar de manera honesta los puntos fuertes y débiles de nuestros ejemplares ante de tomar la decisión de criar. El objetivo de una camada debe ser siempre producir mejores perros.
Examinemos nuestros perros, analicemos sus puntos débiles y busquemos ejemplares para cruzar que nos permitan eliminar estos puntos débiles. Siempre es bueno que nuestros perros participen asiduamente en competiciones, donde puedan ser juzgados conjuntamente con otros en competición. Sólo la competición contra los mejores especímenes de nuestra raza nos permitirá saber apreciar honestamente lo que tenemos, y así sabremos elegir de manera correcta lo mejor para nuestros propósitos.


 

Dicen que para ser un buen criador, hay que tener un conocimiento básico de la ciencia de la genética. La salud de los futuros cachorros, fuerza, aspecto y temperamento será determinado por los genes transmitidos por sus padres y por sus abuelos. Por lo tanto, la selección de una pareja no debe realizarse únicamente sobre las características presentes del perro o perra. Debe estar basado en una comprensión de cómo los genes del animal contribuido a su aspecto y de cómo esos genes se transmiten y se expresan.

Resulta esencial estudiar el árbol genealógico del ejemplar que elijamos para criar. Cuanto más conocimiento tengamos, más probabilidades tendremos de producir una camada con las cualidades que buscamos. También es importante conocer los problemas genéticos que afectan a su raza. Los defectos genéticos pueden ocurrir en cualquier raza y puede afectar a cualquier sistema en el cuerpo. Algunas enfermedades genéticas pueden ocurrir en muchas razas, mientras que otras se producen sólo en una o unas pocas razas.